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Razones que identifican cuál es la verdadera y única Iglesia de Jesucristo (continuación IV)

Cuarta parte

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Afirmación VIII: Es una verdad bíblica que la Iglesia de Cristo jamás será vencida, que jamás dejará de existir; que jamás su doctrina, su enseñanza nunca se corromperá, sino que se mantendrá firme y estable en la verdad total hasta el fin de los tiempos, hasta el Juicio final.

A principio del siglo XX se construyó uno de los barcos más grandes y seguros en su genero: el Titanic. Era, en verdad, sumamente majestuoso. Tanta seguridad ofrecía que se llegó a decir, con la arrogancia y la soberbia del ateísmo del momento y en continuo aumento, que ni Dios lo iba a poder hundir.

Sucedió, pues, que en su primer viaje hacia Nueva York chocó contra un iceberg provocándole terribles daños, para después de varias horas hundirse en el fondo del mar. Y allá fue a parar el orgullo y soberbia de los hombres que se creen, incluso, más que Dios.

Igualmente sucede en el campo de la fe. Se defiende, se afirma y se asegura que las religiones, iglesias y sectas fundadas por los hombres nunca sucumbirán y se mantendrán en pie; pero Cristo, ese sí que se equivocó al pretender fundar una Iglesia, puesto que, según ellos, fue destruida por las fuerzas del mal; ya no podemos confiar más que en la fuerza y autoridad humana.

Argumento A: Jesús nos advierte que vendrán falsos profetas que engañarán a muchos, y nos da a entender que estaremos en constante y continua guerra contra Satanás y sus seguidores. Pero a pesar de todo ello si cooperamos con la gracia divina, podemos estar completamente seguros y confiados de que vamos a vencer.

Prueba 1: "...y las fuerzas del infierno no la podrán vencer" (Mateo 16, 18).

En este texto Jesús nos llama a ponernos en actitud de alerta para poder atajar "las flechas incendiarias de Satanás" que querrán desviarnos del camino de la luz hacia las tinieblas. Es de suma importancia el estar siempre en actitud de alerta y evitar ser atrapados por las trampas, astutamente presentadas por Satanás, el mundo y la carne.

Conclusión: Esta promesa de Cristo nos asegura que jamás su Iglesia será vencida y superará cualquier obstáculo o circunstancia que quiera o pretenda desviarla de su misión y deber delante de Dios. Ello quiere decir que quienes enseñan que la Iglesia con el tiempo se corrompió y se apartó de la verdad están diciendo que Dios es un mentiroso y que no tiene poder para vencer a las fuerzas del mal. ¿Es posible eso? Gracias a Dios, no.

La Iglesia, a pesar de las múltiples divisiones, cismas, persecuciones (en un principio por los líderes judíos, luego por el estado romano y luego el Islam -que gracias a la Iglesia Católica y a algunos papas se evitó que se apoderara de toda Europa y del mundo entero-), a pesar de los muchos escándalos en su interior, se ha mantenido fiel a las enseñanzas y doctrinas evangélicas, siendo ello una prueba más de su participación divina y santidad.

La Iglesia Católica Apostólica y Romana es la institución religiosa que más y mayores persecuciones ha sufrido y continúa sufriendo.

Prácticamente todos los ataques de los enemigos del cristianismo van dirigidos contra la Iglesia Católica Romana. *Desde Hollywood (si es para mofarse y ridiculizar algún aspecto del cristianismo, casi siempre -- por no decir siempre-- es contra la Iglesia Católica Romana) hasta la Nueva Era; *desde las sectas --que consideran a la Iglesia Católica como obra del diablo-- hasta las llamadas 'iglesias' de Satanás --cuyo culto es una imitación sacrílega de la Santa Misa católica: la misa negra--; *desde las concepciones filosóficas ateas hasta el materialismo y secularismo, etc.

Toda una serie de actos y actitudes contra la Iglesia. Tanto así que pareciera que todo el mundo le ha declarado la guerra, incluso muchos dentro de sus filas, que aunque no lo hagan abiertamente, sí lo están haciendo con su mal ejemplo escandalizando a muchos. Pero sobre todo, los más grandes enemigos dentro de la Iglesia son los que están enseñando cosas contrarias a las verdades de la fe y de la moral.


Afirmación IX: Es una verdad bíblica que el Espíritu Santo guía y mantiene a la Iglesia en la verdad total.

El Espíritu Santo es quien mueve a la Iglesia para que predique con eficacia y poder el Evangelio de Jesucristo, llevándola a los confines del mundo. Es Él quien mantiene y sostiene a la Iglesia sobre sólidos fundamentos, manteniendo todo en orden y una perfecta organización, evitando así cualquier desviación dándole firmeza y consistencia a la verdad revelada. Él es quien a través de los miembros de la Iglesia ilumina con su luz, haciendo que ésta pueda ser reconocida en medio del mundo. Y es Él quien mantiene a la Iglesia firme y en pie contra las fuerzas del infierno evitando cualquier desviación y error doctrinal, moral o espiritual. La promesa de Cristo de que el Espíritu Santo estará constante y permanentemente presente en la Iglesia es seguridad y confianza absoluta de que todo cuanto se ha dicho hasta ahora con relación a la Iglesia es verdad; está conforme con la realidad.

Argumento A: Es verdad bíblica que el Espíritu Santo es quien inspira a la Iglesia las verdades de fe necesarias para la salvación, manteniendo viva la enseñanza de Cristo a través de los siglos.

Para la década de 1960 se comenzó un proyecto para poder llevar al hombre a la Luna. "El 20 de julio de 1969 Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre que pisó la Luna... La escena fue exhibida por televisión en una transmisión que siguieron millones de espectadores.

De acuerdo con el investigador Bill Kaysing, todo ocurrió en un estudio de televisión cercano a Las Vegas, Nevada. Se trata, según él, de una producción creada por el gobierno de Estados Unidos que constituye uno de los mayores engaños de la historia. Trató de comprobarlo mediante distintos "errores de producción" en ese cortometraje ficticio. El objetivo del falso alunizaje era evitar las críticas contra la NASA por el fracaso de su programa espacial y el ingente gasto de dinero. Kaysing afirma que Stanley Kubrick, director de 2001: Odisea del espacio, dirigió el cortometraje" (tomado de la revista "Muy Interesante" Año XXII. Núm. 5).

El viaje a la Luna es una realidad que hoy en día ninguna persona seria y culta se atreve a poner en duda, máxime cuando la sonda espacial del japón fotografió a baja altura áreas de los alunizajes y se ven en dichas fotos los vestigios dejados allí por dichas misiones.

Actualmente se esta propagando la idea, por sectores neonazi, que el Holocausto en el que murieron millones de judíos y personas de otros credos (católicos y protestantes), es una invención y que nunca ocurrió.

Si en acontecimientos históricos de gran magnitud y de bastantes evidencias se pone en duda dichos hechos, ¿cuánto más las verdades de la fe católica la cual es atacada y ridiculizada constante y continuamente?

Para los católicos que no solamente creemos en Jesucristo y su Iglesia, sino que le creemos a Jesucristo y a su Iglesia, es un alivio para nuestra fe el que Jesucristo nos haya asegurado la permanencia de la Iglesia en la verdad total gracias a la asistencia permanente del Espíritu Santo.

Mientras que para los acontecimientos del mundo la fe humana es indispensable para creer en ellos (fe que está fundamentada sobre la fragilidad e imperfecciones de la naturaleza humana), para el creyente católico la fe, como don de Dios, envuelve unos matices que la caracterizan de un modo particular dándonos la seguridad de que todo cuanto es enseñado por la Iglesia es verdad (entre esas características puedo mencionar la verdad de los Evangelios y demás libros del Nuevo Testamento como documentos históricos de alta fiabilidad; la verdad histórica de la procedencia de la Iglesia Católica desde los apóstoles; la seriedad con la que la Iglesia brega y actúa en los asuntos que le competen, es decir, no toma las cosas a la ligera; la confianza y seguridad que la misma fe divina nos brinda en aquello que creemos, etc.).

A lo largo de la historia han ocurrido acontecimientos que afectan la vida y creencias de individuos o credos de tal manera que se ha buscado la manera de borrarlos de la Historia; o por lo menos alterar la historia para que el hecho aparezca de otra forma a conveniencia de los afectados, como es el caso de la novela de ficción de “El Código Da Vinci”. Y así, en el orden de la fe se pretende hacer ver, por sectores liberales, ateos, materialistas y enemigos de la fe cristiana, que Cristo no murió en la cruz, sino que logró sobrevivir; se casó con María Magdalena y tuvo hijos. Otros se aferran en que él es un extraterrestre. Otras sectas aseguran que como se dejó matar fracasó en su misión, y ahora son ellos los elegidos para completarla.

Ante esto, San Pablo es bien claro: "El Espíritu nos dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos renegarán de la fe para seguir enseñanzas engañosas y doctrinas diabólicas" (1 Timoteo 4, 1-2).

"Pues vendrá un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina, sino que se buscarán un montón de maestros según sus deseos. Estarán ávidos de novedades y se apartarán de la verdad para volverse hacia puros cuentos" (2 Timoteo 4, 1-4).

Prueba 1: "Les he hablado mientras estaba con ustedes. En adelante el Espíritu Santo Interprete, que el Padre les enviará en mi Nombre, les va a enseñar todas las cosas y les recordará todas mis palabras" (Juan 14, 25).

Conclusión: Sin esta asistencia del Espíritu Santo, entonces sí que la Iglesia hubiese errado su camino apartándose de la verdad hacia el error y consiguiente deterioro de la fe. Entonces sí los hermanos separados tendrían razón en afirmar lo que enseñan sobre este punto. Pero por ser una promesa de orden divina, dichas afirmaciones, más que impropias en quienes se dicen ser cristianos, seguidores de Cristo, son una blasfemia e injurian a Dios, pues con ellas pretenden asegurar que Jesucristo falló terriblemente al no poder evitar que la Iglesia se apartara de la verdad y su consiguiente desaparición.

Argumento B: Es una verdad que se desprende de las Sagradas Escrituras que la Iglesia no es meramente portadora de una verdad, sino de la verdad total, es decir, Cristo ha depositado y confiado a la Iglesia todo el depósito de la Divina Revelación.

Prueba 1: "Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Y cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los introducirá a la verdad total" (Juan 16, 12-13).

Conclusión: Aquí es donde radica la diferencia de la Iglesia Católica en relación a todas las demás iglesias y religiones en general. La Iglesia, instrumento de salvación para el mundo debe ser también luz para el entendimiento y maestra veraz para la formación correcta y adecuada de las conciencias. De no ser la Iglesia la única fuente de la verdad y los protestantes tener la razón, entonces sí estaríamos viviendo un caos, viviendo en pleno desorden y oscuridad de ideas cuyas consecuencias para la fe y consiguiente salvación hubiese sido desastrosa.


Afirmación X: Es verdad bíblica que la Iglesia de Cristo es la base y el fundamento de la verdad. Por lo que es la única a la que debemos escuchar y creer.


Testimonio de Scott Hahn:

"Le pregunté a otro teólogo: «¿Cuál es para ti la columna y el fundamento de la verdad?»

Me dijo: «La Biblia, desde luego».

«¿Entonces por qué la Biblia dice en 1Timoteo 3, 15 que la Iglesia es la columna y el fundamento de la verdad?»

«¡Tú me trastorna, Scott!»

«¡Soy yo quien se siente trastornado!»

«Pero Scott, ¿qué iglesia?»

«¿Cuántos candidatos para el trabajo hay por allí?... Quiero decir, ¿cuántas iglesias tan sólo reclaman ser la columna y el fundamento de la verdad?»

«¿Quiere esto decir que te estás convirtiendo en católico romano, Scott?»

«Espero que no».

Sentí que el piso temblaba, como si alguien estuviera tirando de la alfombra directamente debajo de mis pies. Esta pregunta era más grande que todas las otras, y nadie tenía una respuesta" (Roma Dulce Hogar, pág. 56).

Argumento A: La Iglesia, por ser la guardiana y propagadora del Evangelio, es el fundamento seguro de las verdades de fe divinamente reveladas.

Prueba 1: "Te doy estas instrucciones aunque espero ir pronto a verte. Pero, si me demoro, sabrás como portarte en la casa de Dios, es decir, la Iglesia de Dios vivo, la cual es el pilar y la base de la verdad" (1 Timoteo 3, 14-15).

Esta verdad se desprende lógicamente de las verdades anteriormente demostradas y que dan una sólida y absoluta consistencia, firmeza y certeza de que todo cuanto enseña la única Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo en orden a lo doctrinal, moral y espiritual, podemos sentirnos completamente seguros y confiados de que es verdad.


Testimonio de Kimberly Hahn:

"Mi único consuelo era la Biblia. Pero empecé a temer buscar las Escrituras porque Scott insistía en que la Biblia decía algo diferente de lo que yo pensaba.

Scott proclamaba que la Biblia lo había llevado a la fe católica. ¡Pero la Biblia era la base de mi fe!

En una ocasión me lanzó esta pregunta: «¿Cuál es la columna y fundamento de la verdad?»

Rápidamente repliqué: «La Palabra de Dios».

Me dijo: «Entonces, ¿por qué San Pablo en 1Timoteo 3, 15 dice que es la Iglesia? ¿Por qué no se les viene a la cabeza esta respuesta a los protestantes?»

«Porque eso está sólo en tu Biblia católica, Scott».

Él entonces abrió mi Biblia y me mostró ese versículo, el cual yo no recordaba haber leído nunca antes" (Roma Dulce Hogar, pág. 115).

Argumento B: Es a la Iglesia fundada por Jesucristo hacen dos mil años la única que Dios ha encargado la misión de anunciar, proclamar y predicar la verdad total a toda la creación. Por lo que es a ella a la única a
la que debemos escuchar y creer.

El mandato y envío dado por Jesucristo a su Iglesia, representada en los apóstoles y discípulos de proclamar el Evangelio por todos los pueblos hasta el confín del mundo, debería ser, y de hecho es una señal poderosa de su legítima autoridad y verdad.

Prueba 1: "A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,…" (Efesios 3, 8 al 11).

Si el propósito eterno de Dios era el de establecer la Iglesia por medio de su Único Hijo, para que fuera la que ha de difundir y dar a conocer la multiforme sabiduría de Dios, es a ella a la que debemos escuchar y seguir si es que queremos estar bajo el amparo y la voluntad de Dios. Por lo tanto, quienes se encierran en el Libro (legado de esa misma Iglesia a la humanidad) y desoyen por mezquinas razones la voz de la Iglesia fundada por Cristo ¿cómo pretenden asegurar estar en la verdad? ¿Cómo pretenden asegurar seguir a Cristo si por otro lado desprecian la obra eterna de Su Padre?


Afirmación XI: Es una verdad fácilmente demostrable por la Biblia que la Iglesia fundada por Cristo es infalible en materia de moral, doctrina y espiritualidad.

Según la doctrina protestante, la única infalible es la Biblia, no la Iglesia. Pero sucede que esa afirmación no está de acuerdo con la realidad, puesto que todos los días siguen surgiendo nuevas sectas cada una asegurando tener la verdad, basándose ellos en las Sagradas Escrituras, las demás están en un error.

Es de suma importancia para entender y aceptar esta verdad tener muy en cuenta las afirmaciones arriba descritas, para ello hagamos un repaso de las mismas:

Afirmamos ser verdad que Cristo edificó, fundó una y única Iglesia a la cual encomienda ser la depositaria y propagadora del Evangelio, la Buena Nueva de Salvación. Ahora bien, para que ese mensaje llegue íntegro, en su totalidad y libre de cualquier error a todos los hombres de todo el mundo en todos los tiempos hasta el fin de los tiempos, asegura a la Iglesia que las fuerzas del infierno jamás la podrán vencer y que él estará con ella, todos los días, hasta el fin del mundo, por consiguiente:

Argumento A: La Iglesia es guiada y dirigida por el Espíritu Santo.

La asistencia permanente del Espíritu Santo en la Iglesia es seguridad y certeza de que ésta verdaderamente está y permanecerá en la verdad.

Satanás ha hecho todo lo posible por oscurecer la verdad revelada en la Iglesia: divisiones, sectas, herejías, escándalos..., pero la luz de Cristo sigue brillando con gran fuerza y poder en el cielo de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y la hallan quienes sin prejuicios ni fanatismos y con sinceridad se acercan a ella.

Conclusión: Por consiguiente, es una verdad que se deduce de la Biblia por la asistencia real y permanente del Espíritu Santo que la Iglesia no puede errar, no puede equivocarse al predicar, enseñar y transmitir el Evangelio de Salvación.

Argumento B: La Iglesia es el fundamento y la base de la verdad.

Este principio, como consecuencia directa de la presencia del Espíritu Santo en ella, y como enseñanza bíblica nos asegura que todo cuanto la Iglesia nos enseña, nos comunica, nos dice en cuanto a lo doctrinal, moral y espiritual es absolutamente verdad. Claro, los que se oponen rechazarán de plano esta afirmación, pero es debido a que no pueden o no quieren entender la enseñanza de la Iglesia; a las malas interpretaciones y malos entendidos de la doctrina católica que les hace ver y creer lo que no es verdad. En esto influye también los escándalos, reales y/o ficticios, que a lo largo de los siglos se lanzan contra ella. Gracias a Dios el Papa Juan Pablo II, reconociendo los errores e injusticias cometidos en la Iglesia por quienes debían ser los promotores y guardianes de ella, abierta y públicamente ha pedido perdón a la humanidad, gesto que debería ser imitado por las demás iglesias y religiones que también han cometido dichos actos de injusticia. Esta acción del Papa es un signo claro de la presencia de Cristo y del Espíritu Santo en la Iglesia.

Conclusión: Por consiguiente, es una verdad que se desprende de las Sagradas Escrituras y gracias a la asistencia real y permanente del Espíritu Santo por las promesas de Cristo, promesas que nos aseguran que la Iglesia, por ser el fundamento, la base de la verdad, no puede desviarse de la verdad revelada por Dios. Por consiguiente, la Iglesia no pudo adulterar su doctrina hasta el punto de desaparecer como falsa y erróneamente quieren hacer ver los enemigos de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Argumento C: La autoridad de Cristo comunicada a su Iglesia.

Cuando Jesús dice a sus apóstoles que "todo lo que aten quedará atado en el Cielo, y todo lo que desaten quedará desatado en el Cielo" (Mateo 18, 8), se sobreentiende que les está dando, les está comunicando un poder real y no un mero adorno o poder simbólico, pues, por la propagación y enseñanza de la Iglesia, está en juego la salvación de innumerables hombres y mujeres que creerán en Cristo gracias a la predicación oral, escrita y vivida del Evangelio.

Conclusión: Por tal motivo, es verdad revelada en los Libros Santos que el poder que recibieron los apóstoles es garantía, es seguridad de que todo cuanto ellos enseñen en orden a la Predicación del Evangelio quedará libre de error, por la asistencia del Espíritu Santo y la permanencia perpetua de Cristo con ellos (se sobreentiende con sus sucesores) hasta el fin del mundo.


Afirmación XII: Cristo quiso una jerarquía para su Iglesia.

Es una verdad fuertemente sostenible por la Biblia que Cristo al instituir su Iglesia la dejó al abrigo y amparo de hombres a quienes comunica y encarga la misión de predicar el Evangelio, dándoles el poder y la autoridad necesaria (Mateo 18, 18) para cumplir y llevar a cabo y a feliz término la propagación de la Buena Nueva a toda la humanidad en todo el mundo y en todas las épocas.


Testimonio de Scott Hahn:

"De regreso a casa platiqué mucho más con el Dr. Gerstner. Le pedí que me mostrara en donde la Biblia enseña lo de sola scriptura. No oí ni un solo argumento nuevo. Más bien él me planteó una pregunta: «Scott, si estás de acuerdo de que ahora poseemos la inspirada e inerrante Palabra de Dios en la Escritura, ¿qué más necesitamos entonces?»

Le repliqué: «Dr. Gertsner, no creo que el tema principal se relacione con lo que necesitemos; pero ya que me lo pregunta, le daré mi punto de vista. Desde la época de la Reforma, más de veinticinco mil diferentes denominaciones protestantes han venido a la existencia, y los expertos dicen que en la actualidad cinco nuevas se forman cada semana. Cada una de ellas proclama seguir al Espíritu Santo y el pleno sentido de la Escritura. Dios sabe que necesitamos algo más que eso.

«Lo que quiero decir, Dr. Gertsner, es que cuando los fundadores de nuestra nación, nos dieron la Constitución, no se contentaron únicamente con eso. ¿Se imagina lo que tendríamos hoy si lo único que nos hubiesen dejado fuera un documento, por muy bueno que sea, junto con la recomendación: Que el espíritu de Washington guíe a cada uno de los ciudadanos? Tendríamos una anarquía, que es básicamente lo que los protestantes tenemos en lo que se refiere a la unidad de la iglesia... En vez de eso, nuestros padres fundadores nos dieron algo más que la Constitución; nos dieron un gobierno (constituido por un presidente, un congreso y una corte suprema) todos ellos necesario para aplicar e interpretar la Constitución. Y si eso es necesario para gobernar un país como el nuestro; ¿qué se necesitará para gobernar una Iglesia que abarque al mundo entero?...»" (Roma Dulce Hogar).

Argumento A: Cristo elige doce hombres de entre el resto de los discípulos para una misión especial.

Prueba 1: a. "Entonces Jesús subió al cerro y llamó a los que él quiso, y vinieron a él. Así constituyó a los Doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, dándoles poder para echar a los demonios" (Marcos 3, 13-15).

b. "En aquellos días se fue a orar al cerro y pasó toda la noche en oración con Dios. Al llegar el día, llamó a sus discípulos y de ellos escogió a doce, a los que llamó apóstoles: Simón, al que le puso el nombre Pedro, y Andrés su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, apodado Zelote, Judas, hermano de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor" (Lucas 6, 12-16).

La elección de los apóstoles no podemos verlo como un acto caprichoso y sin un fin. Si analizamos los textos relacionados a los apóstoles veremos claramente un plan y un objetivo bien definidos.

Prueba 2: Para sustituir al traidor, se elige a otro como apóstol: "«Es preciso, pues, que busquemos entre los hombres que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo que convivimos con Jesús, desde el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue llevado, y que uno de ellos venga a ser, junto con nosotros testigo de su Resurrección.» Presentaron a dos: José, llamado Barsabá, por sobrenombre Justo, y Matías. Entonces oraron así: «Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos a cual de estos dos has elegido para ocupar en el servicio del apostolado el puesto que Judas dejó para irse al lugar que le correspondía.» Echaron suerte, y la suerte cayó sobre Matías, el cual fue agregado a los once apóstoles (Hechos 1, 21-26).

De no ser necesario el colegio apostólico como centro de gobierno para la unidad y orden en la Iglesia, la elección de nuevos miembros en el cargo no tendría sentido.

Conclusión: La elección de los Doce por parte de Jesús es una clara y evidente manifestación del deseo de Dios para con su Iglesia. Si Cristo no hubiese querido dirigentes para su Iglesia simplemente no se hubiese molestado en separar a estos hombres del resto del discipulado; se hubiera conformado con enseñar a sus discípulos para luego enviarlos a evangelizar, pero con la consiguiente consecuencia que vemos manifestada en el protestantismo y las iglesias ortodoxas. Tampoco Cristo se hubiese molestado en transmitir ciertos poderes como el de atar y desatar, o el que dio específicamente a Pedro de las llaves y el de pastoreo como vemos en el evangelio de Juan, etc.

Argumento B: Los Apóstoles son las columnas de la nueva Jerusalén, o sea, la Iglesia.

Prueba 1: "La muralla de la ciudad descansaba en doce piedras de cimientos en las que están escritos los nombres de los doce apóstoles del Cordero" (Apocalipsis 21, 14).

Prueba 2: "Así, pues, ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos del pueblo de los santos; ustedes son de la casa de Dios.

Ustedes son la casa cuyas bases son los apóstoles y profetas, y cuya piedra angular es Cristo Jesús" (Efesios 2, 19-20).

Sólo y exclusivamente la Iglesia única y verdadera de Jesucristo es aquella que descansa sobre el fundamento de los Apóstoles. Y sólo esa Iglesia posee los legítimos sucesores de los Apóstoles, cuyo encargo es el de continuar la obra evangelizadora como únicos y auténticos representantes de Cristo en la tierra. Por lo tanto, son ellos los únicos con la debida y legítima autoridad de celebrar y perpetuar hasta la segunda venida de Cristo, el culto supremo y agradable a Dios: la Cena del Cordero o Santa Misa, por la cual se renueva la definitiva y eterna Alianza pactada por Dios con los hombres por medio del único sacrificio de Cristo en la Cruz. Es por eso que ellos son real y verdaderamente sacerdotes, pues participan, por ser representantes de Cristo, del Único y Eterno Sacerdocio.

En una ocasión una hermana misionera trajo a colación de como un hermano separado, utilizando el texto bíblico de Hebreos 7, 11-28, quiso hacer ver que el sacerdocio ya había caducado por el único Sacerdocio de Cristo y que, por lo tanto, ya no es valido el sacerdocio católico.

Vemos como, ignorantemente o a sabiendas, los textos bíblicos son manipulados de tal forma para hacerles decir lo que no quieren decir. Allí se habla expresamente del sacerdocio de la Antigua Ley, cargo ocupado por los hijos de Levi, que constantemente tenían que ofrecer sacrificios por los pecados, tanto por ellos mismos como por el pueblo. No así Cristo, quien fue constituido «sacerdote para la eternidad, a semejanza de Melquisedec» (Heb. 7, 17).

En el versículo 24 del mismo texto se lee: «Jesús, en cambio, permanece para siempre y ningún otro sacerdote lo reemplazará.» Y deducen con ello que el sacerdocio católico viene sobrando, está de más pues pretende sustituir al de Cristo.

Primero. No podemos dejarnos llevar por los términos: sacerdote, pastores, ministros puesto que son nombres con los cuales se quiere identificar un cargo en la Iglesia cuya función es ser representante de Cristo. Para los católicos, el hombre llamado y consagrado para ejercer dicho cargo es llamado sacerdote, pues él es el encargado por Dios para ofrecerle oraciones y el culto legítimo y público de la Iglesia.

Segundo. El sacerdocio católico se fundamenta en el Sacerdocio de Cristo quien le da su razón de ser. Además, San Pedro llama a los miembros de la Iglesia sacerdotes de Cristo: "Ustedes pasan a ser una comunidad de sacerdotes que, por Cristo Jesús, ofrecen sacrificios espirituales y agradables a Dios" (1Pedro 2, 5).

Tercero. El sacerdote católico fue designado por Dios para ofrecer el Sacrificio Santo y agradable a Dios --no otro sacrificio, sino el mismo realizado por Cristo en la Cruz-- cumpliendo con ello el deseo de Cristo: "que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, y después de dar gracias lo partió, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.» De la misma manera, tomando la copa después de haber cenado, dijo: «Esta es la Nueva Alianza en mi sangre.

Siempre que beban de ella, háganlo en memoria mía.»" (1Corintios 11, 23-25). El texto es sumamente claro e indica y señala de un modo inteligible que Jesucristo manda y, en cierto modo, ordena que lo que él acababa de realizar, ellos, los apóstoles, debían también realizarlo como memorial, es decir, traer al presente de la celebración, aunque de un modo incruento, el momento histórico de Su Pasión y Muerte en cruz y la consecuente manifestación gloriosa de Su Resurrección. Eso es la Santa Misa: la repetición del único y eterno sacrificio de Cristo por la remisión de los pecados de la humanidad. No es otro sacrificio, ni mucho menos un sacrificio añadido al de Cristo ni al modo de la Antigua Ley.

Cuarto. Es en la Santa Misa donde se cumple la profecía de Malaquías: "Desde donde sale el sol hasta el ocaso, en cambio, todas las naciones me respetan y en todo el mundo se ofrece a mi Nombre tanto el humo del incienso como una ofrenda pura. Porque mi fama se extiende por todos los países, sostiene Yahvé de los Ejércitos" (Malaquías 1, 11). Así el sacerdote católico viene a cumplir la profecía al ofrecer a Dios "el humo del incienso" --la oración de la Iglesia (para referencia ver Apocalipsis 5, 8 y 8, 3-4)--, y "una ofrenda pura" --la víctima del único y eterno Sacrificio: Jesucristo, Hostia viva y veraz--. De esta manera el sacerdote católico ejerce un verdadero y auténtico sacerdocio que emana del Único y eterno Sacerdocio de Cristo y que, como bien dice San Pedro, son "sacerdotes que, por Cristo Jesús, ofrecen sacrificios espirituales y agradables a Dios.”

Quinto. Los protestantes no quieren admitir el pastoreo de nuestros sacerdotes en la única y verdadera Iglesia fundada por Jesucristo, pero se aferran a la autoridad y pastoreo de sus ministros y pastores que se han adjudicado ellos mismos una misión a la que Cristo no los llamó ni les autorizó realizar.

Sexto. Nuestros pastores, los legítimos sucesores de los apóstoles y, por consiguiente, verdaderos representantes de Cristo en la tierra, son columnas y fundamentos de unidad, principio básico y fundamental en la identificación de la única y verdadera Iglesia de Cristo; mientras que los pastores y ministros de las iglesias separadas son signos de desacuerdos, desordenes y confusión doctrinal, moral y espiritual que ha llevado y degenerado en las múltiples e incontables sectas que hoy pretenden, cada una de ellas, ser la Iglesia de Cristo.


Afirmación XIII: Autoridad de la Iglesia de Cristo.

Si Cristo quiso y constituyó una jerarquía para encabezar y guiar su Iglesia, no fue para mero adorno, sino para ejercer una función de capital importancia:

a) mantener la unidad y estabilidad de la Iglesia;

b) asegurar la permanente y constante propagación del Evangelio por todo el mundo hasta el fin del mundo;

c) la permanencia de la verdad total en su justo equilibrio evitando cualquier desviación o contaminación;

d) asegurar un orden y una disciplina capaz de orientar, enseñar, corregir eficaz, correcta y adecuadamente todo, de acuerdo con el contenido de la Divina Revelación, a la humanidad entera llamando y permitiendo el libre y fácil acceso en su regazo.

Todo esto bajo el amparo y la guía del Espíritu Santo conforme las promesas de Jesucristo.

Argumento A: Institución y autoridad del papado.

El papado es una de las instituciones en la Iglesia de Cristo, después de la Eucaristía y la devoción a la Virgen María y los santos, que más dan qué decir y atacar por parte de las iglesias separadas y sectas. El sentido común y la lógica nos dicta que todo organismo humano requiere de un cuerpo dirigente para que pueda mantenerse en pie y pueda funcionar bien y cumplir en su totalidad con todos sus objetivos; y este cuerpo dirigente requiere de una cabeza que evite la anarquía, la división y la desintegración de dicho organismo. Del mismo modo, la Iglesia por el simple hecho de estar constituida por seres humanos (no de ángeles) requiere de un organismo o cuerpo dirigente que, guiado por el Espíritu de Dios, pueda cumplir con la misión a ella encomendada. Y ese cuerpo dirigente requiere, para así mismo evitar una anarquía y consiguiente desintegración de la Iglesia (como de hecho hubiese ocurrido de no haber sido creado), una cabeza visible que le diera dirección y unidad a todo el Cuerpo. Por eso esta institución creada y querida por Dios y respaldada por el Espíritu Santo es la que mejor ha logrado mantener la unidad de la Iglesia y la estabilidad y seguridad doctrinal y moral a lo largo de los siglos (como ejemplo en contra veamos lo ocurrido con el protestantismo y las iglesias ortodoxas); institución con la que Cristo cumple su promesa de que los poderes del infierno no podrán contra su Iglesia. Por eso los ataques constantes y continuos contra esta institución.

Prueba 1: "Y ahora, yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra) y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia..." (Mateo 16, 18).

En otros libros ya he tocado el tema, pero ante la importancia que reviste es bueno ampliar y establecer lo más claramente posible esta verdad bíblica. Scott Hahn en su testimonio nos sigue dando más luz al respecto.


Testimonio de Scott Hahn:

"Mientras el Dr. Gerstner y yo viajábamos, tuvimos cuatro horas de intensa discusión teológica. Empecé a sacar toda la reserva de argumentos que había ido acumulando, acerca de la Iglesia Católica como el punto culminante de la historia de la salvación en el Antiguo Testamento y la materialización de la Nueva Alianza.

El Dr. Gerstner escuchaba con atención, respondiendo cada punto con interés y respeto. Parecía mirar mis argumentos como algo novedoso; pero al mismo tiempo insistía en que no justificaban de por sí el que alguien se pasara a la Iglesia católica romana, a la que se refería como «la sinagoga de Satanás.»

En un determinado momento me preguntó: «Scott, ¿qué base bíblica tú encuentras para el Papa?»

«Dr. Gerstner, usted sabe que el evangelio de Mateo enfatiza el papel de Jesús como Hijo de David y Rey de Israel. Yo creo que Mateo 16, 17-19 nos muestra cómo Jesús deja esto establecido: Le dio a Simón tres cosas: Primero, un nombre nuevo: Pedro (o Piedra); segundo, su compromiso de edificar su Iglesia sobre Pedro; y tercero, las llaves del Reino de los Cielos. Es este tercer punto el que encuentro más interesante.

«Cuando Jesús habla de las «llaves del Reino», hace referencia a un importante texto del Antiguo Testamento, Isaías 22, 20-22, donde Ezequías, el heredero del trono real de David, y el rey de Israel en los días de Isaías, reemplaza a su viejo primer ministro, Shebna, por uno nuevo llamado Eliakim.

Cualquiera podía darse cuenta de quién de los miembros del gabinete era el nuevo primer ministro ya que se le habían entregado las «llaves del reino».

Confiándole a Pedro las «llaves del Reino», Jesús establece el cargo de Primer Ministro para administrar la Iglesia como su Reino en la tierra. Las «llaves» son, pues, un símbolo del oficio y la primacía de Pedro para ser transmitido a sus sucesores; como de hecho se ha transmitido a lo largo de las épocas».

Me respondió: «Es un argumento muy ingenioso, Scott».

«¿Y cómo lo refutamos nosotros los protestantes?»

Me dijo: «Bueno, no creo haberlo escuchado antes. Tendría que pensar un poco más en ello...»

«Es por eso, Dr, Gerstner, que yo personalmente estoy empezando a creer que Cristo no nos dejó con sólo un libro y su Espíritu. De hecho, en ninguna parte del evangelio Él dice algo a sus apóstoles acerca de escribir. Más bien, apenas menos de la mitad de ellos escribieron libros que fueran incluidos en el Nuevo Testamento. Lo que Cristo sí le dijo a Pedro fue: «Sobre esta piedra construiré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.» Por eso me parece más lógico que Jesús nos haya dejado su Iglesia, --constituida por el Papa, los obispos y los Concilios, todos ellos necesarios para aplicar e interpretar la Escritura»" (Roma Dulce Hogar, págs. 73-74 y 76-77).

Los protestantes indican que las variantes Pedro (Petros en griego) y piedra (petra en griego) son la clave para la recta interpretación del texto, y así dicen que la primera parte ("tú eres Pedro" -Petros-) se refería a Simón, pero la segunda parte ("y sobre esta piedra" -petra-) Jesús se refería a sí mismo.

San Mateo (y no Cristo) no pretende hacer una diferencia de intenciones o una doble intención de Cristo con relación a las funciones de Simón (que según la interpretación protestante el cambio de nombre no posee ninguna función -actitud ilógica e irracional en Cristo-), frente a las funciones de Cristo como la Piedra sobre la cual edificaría su Iglesia (convirtiendo la estructura de la oración en un enigma y un absurdo o contradicción); sino dejar bien establecido la razón y el porqué del cambio de nombre: "Tú eres Pedro" (Petros), cambio de nombre para indicar un propósito y dejar establecida una base, un sostén que dé firmeza y estabilidad a lo que Cristo va a realizar por medio de Simón: "y sobre esta piedra" (petra), refiriéndose a la Piedra elegida como base y fundamento de la nueva y magna construcción: "edificaré mi Iglesia", razón fundamental por la que Cristo estableció a Simón como Piedra, base y fundamento visible de su Iglesia.

Otro punto importantísimo es el hecho de que Mateo haya querido reforzar la intención de Cristo con el doble genero de la palabra piedra en griego (petros-masculino y petra-femenino), recordando que en arameo (la lengua que Cristo habló) se dice igual -kefas o Cefas-. El que Mateo haya utilizado ambas palabras en nada debilita la posición católica, sino que la refuerza dándole una visión más clara a la intención de Cristo. El término en masculino Petros indica la elección especifica de esa persona y no otra.

Así, Mateo refuerza la intención de Cristo con relación a Simón, eliminando a cualquier otra persona, convirtiéndolo en el único elegido para tal misión o desempeño de vital importancia. El término en femenino petra indica el ejercicio y misión específica que tal persona -en nuestro caso, Simón- va a desempeñar y ejecutar como fundamento elegido por Dios para garantizar la unidad y asegurar la permanencia de la Iglesia a lo largo de los siglos, "que ni los poderes del infierno podrán destruir". Esta promesa indica que esa misión, autoridad y poder recibida por Simón será transmitida a sus sucesores y no compartida a la misma vez (en el mismo tiempo) por otro u otros, evitando así cualquier gobierno paralelo, como los intentos de varios antipapas a lo largo de la historia.

Prueba 2: "Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra será desatado en los Cielos" (Mateo 16, 19).

Este texto no es tomado en cuenta por los hermanos separados. El mismo es clave para la recta interpretación del versículo anterior. Si se toma en cuenta, la verdad de que Cristo sí edificó su Iglesia sobre Simón, adquiere sentido y razón de ser. Hagamos un ejercicio de sentido común: si se acepta como válido la interpretación del texto anterior (Mt. 16, 18) según es interpretado por los protestantes ¿cómo habría que interpretar este texto en el que Cristo le otorga a Simón, ahora llamado Pedro, las llaves del Reino de los Cielos? Y no vengan con que Pedro está en el cielo con un enorme llavero custodiando unas puertas. ¿Cómo tiene que ser interpretado el poder que Cristo le confiere a Simón Pedro, y sólo a él, de atar y desatar? Si Simón Pedro es constituido cabeza y fundamento visible por Jesucristo para la edificación de su Iglesia, estos poderes y autoridad adquieren sentido y razón de ser. Pero si todo ha sido un montaje y un juego de palabras con el que Cristo quiere indicar otra cosa, el versículo 19 se convierte en un enigma y en un sin sentido.

"El poder de las llaves designa la autoridad para gobernar la casa de Dios, que es la Iglesia... El poder de "atar y desatar" significa la autoridad para absolver los pecados, pronunciar sentencias doctrinales y tomar decisiones disciplinares en la Iglesia (Catecismo de la Iglesia Católica #553).

Por eso, el Papa tiene todo el derecho dado por Dios a dicha institución para ejercer el ministerio con toda la autoridad y poder requerido para tal función y cargo (las llaves del Reino), y así se constituye en la Iglesia el poder ejecutivo que, como un poderoso ligamento, mantendrá la unidad y estabilidad doctrinal de la Iglesia gracias a la acción del Espíritu Santo. Mas, también, queda constituido el poder legislativo y judicial (atar y desatar) que garantizará la correcta, adecuada y necesaria disciplina y normas, y la sana y justa ejecución de las mismas, evitando así la anarquía que de lo contrario hubiera llevado a la Iglesia a su inminente deterioro doctrinal, moral y espiritual y su posterior destrucción, tal y como enseñan los protestantes que ocurrió con la Iglesia fundada por Cristo, cometiendo con ello una terrible blasfemia contra el Espíritu Santo.

Es claro que cuando Cristo dice: "todo lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo", se sobreentiende que todo cuanto Pedro y sus sucesores determinen y dictaminen en lo doctrinal, moral y espiritual para bien y salvación de las almas, será ratificado por Dios en el Cielo. Es decir, Cristo le comunica a Pedro y a los demás apóstoles (Mateo 18, 18) en comunión con Pedro el poder de la infalibilidad que, no es otra cosa, la seguridad y certeza de que todo cuanto la Iglesia enseñe como doctrina oficial es completamente verdadero (siempre y cuando sea bajo el aspecto doctrinal, moral y espiritual en su esencia -lo que Dios se ha dignado revelarnos-).

Prueba 3: "Después que comieron, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Este contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero» Jesús dijo: «Apacienta mis corderos» Y le preguntó por segunda vez: «Simón, hijo de Juan ¿me amas?» Pedro volvió a contestar: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero» Jesús dijo: «Cuida mis ovejas» Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso muy triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería. Le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas»" (Juan 21, 15-17).

Este texto es uno de los más claros y evidentes para dejar totalmente establecido y fuera de toda duda del deseo de Cristo de dejar a Simón Pedro como cabeza de la Iglesia. Simón es dejado por el mismo Cristo como Pastor visible de la única y verdadera Iglesia por Él fundada. Si no es así, echemos este texto, y por consiguiente toda la Biblia a la basura.

Prueba 4: "Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para sacudirlos a ustedes como se hace con el trigo; pero yo he rogado por ti para que tu fe no se venga abajo. Tú, entonces, cuando hayas vuelto, tendrás que fortalecer a tus hermanos" (Lucas 22, 31-32).

Conclusión: No hay duda que la Biblia deja claramente establecido la elección de Simón Pedro como base de la Iglesia fundada por Jesucristo, y que éste es constituido como cabeza visible de la Iglesia, con los poderes necesarios para gobernarla en nombre de Jesucristo. Y al que no le guste, quéjese con Cristo que fue quien inventó está manera de dirigir y gobernar su Iglesia.

Argumento B: Autoridad de la Iglesia de Cristo.

Prueba 1: "Si tu hermano ha pecado contra ti, anda a hablar con él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Si no te escucha, lleva contigo a dos o tres, de modo que el caso se decida por boca de dos o tres testigos. Si se niega a escucharlos, dilo a la Iglesia reunida. Y si tampoco lo hace con la Iglesia, será para ti como un pagano o un publicano" (Mateo 18, 15-17).

Jesús está estableciendo unos parámetros a seguir, para que la Iglesia pueda fácilmente regirse para los casos de posible excomunión ("...será para ti como un pagano o un publicano").

Prueba 2: "Si alguien fomenta sectas en la Iglesia, le llamarás la atención una primera y una segunda vez; después rompe con él, sabiendo que es un descarriado y culpable que se condena a sí mismo" (Tito 3, 10-11).

Prueba 3: "Yo les digo: «Todo lo que aten en la tierra, el Cielo lo tendrá por atado, y todo lo que desaten en la tierra, el Cielo lo tendrá por desatado» (Mateo 18, 18).


Quinta parte:
Afirmación XIV: Apostolicidad de la Iglesia de Cristo (confirmación jerárquica de la Iglesia)


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