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ADÁN Y EVA Y LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

Por Gerardo Cartagena Crespo



Contenido de este tratado:

  • Primera parte: Los orígenes
  • Segunda parte: La primera pareja humana creada por Dios (cuento)
  • Tercera parte: La Teoría de la Evolución, mentira naturalista o verdad científica

INTRODUCCIÓN

La siguiente narración nos ayudará a entender mejor esta cuestión y a solucionar ciertos problemas de interpretación, para ello veamos lo siguiente.


La cosmovisión que sigue a continuación es una interpretación que hago de Génesis 2 y 3, pues hay unas verdades fundamentales de la fe que hay que defender. Actualmente hay teólogos y exégetas que toman tan a pecho la Teoría de la Evolución (Teoría que yo también admito como un mecanismo natural muy probable por el que Dios va creando nuevas especies), en este caso la del ser humano, que interpretan la desobediencia de nuestros primeros padres como algo puramente simbólico sin ningún trasfondo histórico, y por ello tales acontecimientos narrados en Génesis 2 y 3 no sucedieron de verdad. Con esta visión se pretende borrar de plano la existencia de Satanás y el Pecado Original y sus consecuencias, y otras verdades más.


Con la siguiente narración, a modo de cuento histórico, pretendo dar una posible explicación a tan profundo acontecimiento. Espero ayude a entender muchas verdades de nuestra vida cristiana.


Aunque no hay que interpretar literalmente la narración referida a Adán y Eva como un evento histórico, sino más bien simbólico, no por eso vamos a negar que tampoco existió una primera pareja humana de la cual desciende toda la humanidad. Creo que Dios pudo haber creado la primera pareja humana valiéndose de un ser inferior (primate) y ello en nada afecta la verdad bíblica que Dios quiere transmitirnos, pues esta verdad es religiosa, no científica ni absolutamente histórica (aunque puede tener un transfondo histórico) como veremos más adelante.

Recuerda, esta es sólo una interpretación personal y nadie está obligado a creerla, sólo pido se reflexione en ello. Sé que estas interpretaciones chocará con ideas predeterminadas de muchos cristianos que, interpretan literalmente los primeros capítulos del Génesis.


Para poder entender e interpretar correctamente los primeros capítulos del Génesis, tengamos en cuenta las siguientes premisas:

I. Es importante tener muy en cuenta que, la Biblia no es un libro de ciencia, sino la palabra escrita de Dios vivo y verdadero que nos transmite el mensaje de la salvación. Y es en este sentido que hay que leer y estudiarla para interpretarla, a la luz del Magisterio de la Iglesia, correctamente.


II. Para interpretar correctamente la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios, debemos tener muy en cuenta que Dios no es hombre ni mujer, ni posee cuerpo alguno que lo limite, de lo contrario no sería Dios, sino una caricatura de Dios. Dios es espíritu puro, y es en este sentido que hay que interpretar la imagen y semejanza del ser humano con Dios (es decir, esa imagen y semejanza es en relación, no al aspecto físico-biológico, sino al aspecto espiritual y sobrenatural). El siguiente tratado te dará una idea, lo más cercana posible, cómo es Dios en su naturaleza.

III. Aquí utilizaré las últimas investigaciones y hallazgos científicos sobre el origen y desarrollo del universo que, junto con la narración bíblica de la creación, nos dejará ver y entender que no existe oposición entre ciencia y fe.

IV. En cuanto a la interpretación de los primeros capítulos del Génesis, en el cristianismo hallaremos varias corrientes o manera de interpretarlos.

1. La Tierra joven. Este cristianismo interpreta los primeros capítulos del Génesis de modo literal. De aquí que enseñen que el universo fue creado hace unos entre seis mil a diez mil años. Esta interpretación crea muchas contradicciones que ya he expuesto en otros tratados.

a. (Tratado 1. Creación vs Evolución) ¿Pueden ser compatibles?

b. (Tratado 2. Creación y evolución desde otra perspectiva).

2. La Tierra vieja. Este cristianismo enseña que los días de la creación no tienen que ser interpretados como días de 24 horas, sino como periodos de tiempo estremadamente largos. De aquí que admiten, según lo que la ciencia actual enseña que el universo se originó (fue creado) hace unos 14,000 millones de años y la Tierra hace unos 5,000 millones de años. Pero estos no admiten la Teoría de la Evolución, ni tan siquiera como una posibilidad.

3. Evolucionismo teísta. Este cristianismo, a parte de admitir lo que admite los de la Tierra vieja, incluye en su interpretación la Teoría de la Evolución.

Estas tres  corrientes o maneras de interpretar Génesis la hallamos, principalmente en el protestantismo. Para la Iglesia Católica, por ser estas interpretaciones de revelación natural y no de la divina revelación (que sí estamos obligados a creer), el católico queda libre en admitir cualquiera de las tres interpretaciones. Por eso es bien importante que el católico que quiera llegar al conocimiento pleno de la verdad (1Timoteo 2, 3-4) deberá dedicarse al estudio, no solamente de las verdades de divina revelación, sino también las que conciernen a las verdades naturales que hallamos en la creación; verdades que nos ayudarán a entender mejor el plan maravilloso de Dios.



PRIMERA PARTE: LOS ORÍGENES


*«Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz. Dios vio que la luz era buena y la separó de las tinieblas» (Génesis 1, 3-4).

Hace casi 14,000 millones de años, de repente, en medio de la más absoluta obscuridad, o mejor dicho de la nada, del no ser surge un haz de luz que lo inunda todo. Una enorme y espectacular “explosión” da inicio a la expansión del universo. Ese universo maravilloso que hoy podemos contemplar y que nos dice en un canto de jubilo: -¡Aquí estoy, con toda mi majestad y grandeza para señalarte e iluminarte el camino hacia Aquel que me ha creado!-. Con razón dice el salmista: «Los cielos cuentan la gloria del Señor, proclama el firmamento las obras de sus manos» (Salmo 19 {18}).

En este primer segundo en el que el universo comienza a «inflarse», se desarrollan los procesos nucleares que definirán y determinarán el curso y posterior evolución del universo. A parte de otros sucesos que se dan durante este primer segundo, luego que los quarks y antiquarks cesan su aniquilación mutua, los supervivientes se unen en tríos para formar protones y neutrones, los componentes de todos los futuros núcleos atómicos.




*«Dijo Dios: “Haya un firmamento en medio de las aguas y que separe a unas aguas de otras.” Hizo Dios entonces el firmamento separando a unas aguas de otras, las que estaban encima del firmamento, de las que estaban debajo de él. Y llamó Dios al firmamento Cielo» (Génesis 1, 6-8).

Cientos de millones de años después de iniciarse la expansión del universo, la materia, ahora compuesta por materia oscura, hidrógeno (74%), helio (24%) y otros elementos en menor cantidad, en regiones aisladas comienza a conglomerarse para luego formar galaxias.


¡Qué maravilloso eres, Señor, que en tus obras dejas ver la grandeza de tu amor para con nosotros! A la verdad que el Amor se ha desbordado ¡Y de qué manera!

Lanzando una mirada por todo el universo, viendo la belleza y hermosura de la creación, intuimos lo grande, maravilloso y hermoso que ha de ser su Creador. Miles de millones de galaxias que adornan con sus formas y múltiples colores toda la región del espacio; maravillas que elevan el pensamiento y el espíritu, para quienes no solamente ven con los ojos de la cara sino también con el entendimiento, sin prejuicios. 

Si lo deseas te recomiendo el siguiente enlace con vídeos:



BELLEZAS DE LA CREACIÓN. PARA ALABAR Y GLORIFICAR A DIOS

Las mejores imágenes del Universo


*«Dijo Dios: “Haya lámparas en el cielo que separen el día de la noche. Sirvan de signo para distinguir tanto las estaciones como los días y los años. Y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra.” Y así fue» (Génesis 1, 14-15).


Hace unos 13 mil millones de años aparecen las protogalaxias, formando cúmulos globulares. Comienza la época de los quasars.

Durante millones de años la materia se fue acumulando de tal manera organizada que permitió la formación de estrellas las cuales a su vez forman las galaxias. Éstas galaxias se fueron agrupando en grupos llamados cúmulos y supercúmulos.

Los materiales requeridos para la construcción del Hogar del futuro ser humano estaba en proceso (y el de otros muchos sistemas solares). Ya tenemos el terreno el cual se está preparando cuidadosa y diligentemente. En las estrellas se van fabricando los materiales necesarios para la construcción del Hogar.



*«Hizo, pues, Dios dos grandes lámparas: una grande para presidir el día y otra más chica para presidir la noche; también hizo las estrellas. Yahvé las colocó en lo alto de los cielos para alumbrar la tierra, para mandar al día y a la noche y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno» (Génesis 1, 16-18).


Busquemos ahora en todo este vasto universo una pequeña agrupación compuesta por varias decenas de galaxias llamado Grupo Local. Allí localizaremos una galaxia en espiral llamada Vía Láctea. Específicamente en uno de sus brazos, a unos 26,000 años luz de su centro localizamos una región de polvo y gas interestelar. Allí hallamos una nube con suficiente materiales como para construir un sistema planetario. Sólo Dios sabe cuantas estrellas, ya desaparecidas, construyeron los materiales pesados necesarios para la construcción de lo que va a ser nuestro Hogar.

Llegado el momento establecido por la Divina Providencia (no el puro azar ni la casualidad), dicho material, en su mayoría hidrógeno (el combustible necesario para iniciar la fusión nuclear de las estrellas) comienza a condensarse hasta el punto de crear una fuerza de atracción (por la fuerza de la gravedad) lo suficientemente fuerte como para crear una enorme presión en su interior. Según va aumentando la presión el calor también va aumentando hasta el punto de colapsar. Es lo que podríamos llamar una protoestrella.

Estos choques o colapsos que pueden durar, más o menos, un millón de años, continúan hasta que la temperatura central alcanza los 10 millones de grados kelvin. En estas condiciones la protoestrella se transforma en una estrella.


De esta manera tan maravillosa que nos deja ver la infinita sabiduría de Dios, nace nuestra estrella, el Sol y, junto con él el sistema planetario (al final del cuento dejaré una descripción de nuestro Sistema Solar).




«Dijo Dios: “Júntense las aguas de debajo de los cielos en un solo lugar y aparezca el suelo seco.” Y así fue. Dios llamó al suelo seco: 'Tierra', y a la masa de agua: 'Mares'. Y vio Dios que todo era bueno» (Génesis 1, 9-10).

Hace unos 4,500 millones de años el Sol y los planetas se condensan a partir de una nube de gas y polvo.

Después de unos 700 millones de años (hace unos 3,800 millones de años) la Tierra se ha enfriado lo suficiente como para formar una corteza sólida.

Durante millones de años la Tierra, este bello lugar que hoy habitamos y el cual tenemos la grave responsabilidad de cuidar, ha estado, por la Divina Misericordia, en un continuo estado de preparación hasta convertirse en el lugar idóneo para albergar la vida y el posterior surgimiento de la inteligencia.




*«Dijo Dios: “Llénense las aguas de seres vivientes...”» (Génesis 1, 20).

Hace unos 3,500 millones de años surge la vida sobre la Tierra en el que células vivas microscópicas comienzan el proceso de evolución, desde seres vivos simples a seres vivos cada vez más complejos. Pero, ¿cómo surgió la vida? O la pregunta más exacta debería ser: ¿Quién unió las piezas adecuadas del primer organismo biológico y le dio la vida?


Dios, en su providencia amorosa, después de estar preparando el lugar adecuado y llegado el momento por Él establecido desde la eternidad va uniendo, valiéndose de las mismas leyes por Él establecidas, los componentes necesarios para formar la o las primeras células a las cuales les comunica de Sí mismo la vida (pues él no solamente la posee, sino que él mismo es la Vida). Y como perfecto programador que es, la primera secuencia genética, y con ella el primer empuje evolutivo que culminará en el ser por cuya razón fue creado el mundo visible: el ser humano.


*«Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en el agua y todas las aves...» (Gén. 1, 21). «Dijo Dios: “Produzca la tierra pasto y hierbas que den semilla y árboles frutales que den sobre la tierra fruto con su semilla adentro”»... (Gén. 1, 11). «Dijo Dios: “Produzca la tierra animales vivientes, de diferentes especies, bestias, reptiles y animales salvajes.” Y así fue... Y vio Dios que esto era bueno» (Gén. 1, 24-25).

Dios pudo muy bien haber creado a cada especie directamente. (Y quien lo crea así está en todo su derecho de creerlo, pues para Dios nada es imposible).

Pero yo prefiero ver y entender cómo Dios va llevando, providencial y amorosamente, la creación partiendo de lo imperfecto a lo más perfecto, creando nuevas y variadas especies partiendo de otras, dejando huellas por doquiera, pero a la misma vez de tal manera que el hombre no se sienta coaccionado en su libertad. O sea, el proceso o Teoría de la Evolución nos deja ver (si se estudia, reflexiona y se entiende todos los mecanismos y todas las probabilidades en contra de un orden, es decir, a favor de un caos) la necesidad de que, detrás de tal proceso, tiene que haber una Inteligencia espiritual y eterna; pero a la misma vez Dios obra detrás de dicho evento evolutivo de tal manera que no violenta nuestra libertad. Pues Dios quiere que le conozcamos en verdad y en amor; pero ese conocerle en verdad y, sobre todo, en amor tiene que darse de modo plenamente libre, pero a la misma vez responsable, con todas las consecuencias que conlleva el aceptar o rechazar la Verdad y el Amor.



*«Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que mande a los peces del mar y a las aves del cielo, a las bestias, a las fieras salvajes y a los reptiles que se arrastran por el suelo.” Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó.

Dios los bendijo diciéndoles: “Sean fecundo y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla...” Y así fue. Vio Dios que todo cuanto había hecho era muy bueno».
(Gen. 1, 26-31).

Por fin llegamos al momento culmen del por qué y el propósito de la Creación. La construcción de este bello Hogar no podía quedar sin alguien que, dándose cuenta de sí mismo y del entorno que le rodea, fuera capaz de contemplar y disfrutar de cuanto para él había sido creado. Es el hombre y la mujer creados a imagen y semejanza de Dios, es decir, no en el sentido biológico (pues Dios no posee forma física alguna ni es materia ni posee partes -para una descripción teológica de la naturaleza Divina, toca aquí-), sino con un elemento espiritual como Dios, que les da la inteligencia, la libertad y, con ello, la conciencia y voluntad, tal y como su Creador.

Después de unos 3,500 millones de años desde la creación del primer ser vivo, y de un largo proceso de evolución guiado y gobernado por la Divina Providencia, tú y yo, hombres y mujeres que hemos sido creados por amor estamos llamados a vivir en el amor, viendo en la grandeza y hermosura de la creación a Aquel que Es y que desea manifestarse a nuestras vidas en y por amor. Nos toca elegir, pues, entre Él, la Eterna Sabiduría o el Azar, la tosca y burda necedad nacida de la mente de quienes prefieren la Nada; ser ellos absolutamente nada contra el Absoluto, el que lo es Todo, todo el bien y perfección que se pueda pensar. Nos toca elegir.

*Vídeo-documental: La búsqueda de Adán por medio del ADN. Los resultados indican que la Humanidad entera desciende de un sólo hombre:





SEGUNDA PARTE: LA PRIMERA PAREJA HUMANA CREADA POR DIOS (cuento)


Nuestra historia comienza hace entre 100 mil a 200 mil años (más o menos) en una manada de primates ya bastante evolucionados, del que nacen dos hijos (macho y hembra) pero que, a diferencia de su parentela, han nacido con unas características algo diferente a la de sus padres (los primeros homo sapiens).


Lo interesante de esta pareja es que se dan cuanta de algo, que son muy diferentes a sus progenitores en algo que ellos no tienen, la conciencia y una inteligencia tal por el que llegan a comprender muchas cosas de la naturaleza.


Desde pequeños sienten en su corazón un susurro de algo que no pueden entender, pero que cada vez se les revela con mayor claridad. Y esa voz les hace saber muchas cosas, entre ellas la de que poseen una dignidad que está por encima de la creación. Entienden que fueron creados a imagen y semejanza de Ése que les habla cada vez con mayor claridad y familiaridad. Y esa identidad de ser imagen y semejanza entienden que no es en su aspecto corporal, sino de un elemento no corporal, o sea espiritual. En una ocasión la voz les dice: «Han sido creados a Mi imagen y semejanza, es decir en santidad y con una vida no animal, sino sobrenatural, para conocer al Amor y para que amen a plenitud y, una vez terminado el curso de vuestra estadía sobre la tierra, sus cuerpos serán transformados y llevados a mi presencia, pues soy vuestro Padre que con tanto anhelo les espero para que sean eternamente felices junto a Mí. Sólo una cosa les pido, que respeten Mi derecho de dictaminar entre el bien y el mal; legislar entre lo que es bueno y lo que es malo es propio del Amor. Cuando amen a plenitud, lo entenderán».



Mientras tanto, en el infierno los demonios se revuelcan en su propio tormento, y su odio hacía sí mismos, hacia los demás demonios y, sobre todo, hacia Dios es terrible. No hay unidad de propósito, pues cada uno se aferra y se encierra en su propia desgracia, hasta que un 'día', Satanás al ver la criatura que Dios había hecho con amoroso cuidado, lo llena de una desesperada e insoportable rabia, pero más terrible para él es el conocer que esta 'insignificante' criatura, inferior a él en naturaleza, había sido elevada a la dignidad de ser imagen y semejanza de Dios; la envidia que siente es indescriptible al conocimiento humano.

Satanás, al mirarse a sí mismo rechazando al Amor, despreció al Amor y lo cambió por sí mismo. Su rechazo del Amor lo llevó a odiar a ese Amor y a todo lo que ese Amor representa y crea. Se odia a sí mismo, odia todo cuanto existe fuera de él, y, sobre todo, odia de un modo especial a Dios (¿no será el odio de muchos ateos, incrédulos y materialistas contra Dios y su Obra de Salvación y contra el prójimo un reflejo del odio de Satanás?).

Desea ardientemente destruir y destrozar esa gran obra de Dios, pero su deseo de destruir la obra maravillosa de Dios se ve impedida por la 'atadura' que lo mantiene aprisionado en el infierno, atadura que él mismo mantiene por el terror humillante que le infunde el Amor que él había rechazado. Pero su odio hacia Dios y ahora hacia esa criatura es tan grande que le lleva a arriesgarse aunque ello le acarree un aumento de tormentos.

¿Cómo destruir algo tan insignificante cuando Dios tiene su 'mano' protectora sobre esa criatura? Destruirla, no podría, pero tal vez...

--Escuchen todos... hasta ahora hemos sido los seres más desdichados de la creación, y estamos pagando nuestra rebeldía y desprecio hacia Ése a quien no podemos alcanzar ni aun con nuestras más bajas e infames blasfemias. Pero ha llegado la hora de nuestra venganza, de que nos desquitemos y seamos los señores en ese mundo que Él ha creado para esa patética criatura. Influyamos en su mente con mentirosas ideas, para que, como nosotros, crean poder alcanzar a ser Dios y, así, dominemos su conciencia y controlemos su vida para que se aparte de Él y nos sirva a nosotros.

Todos los demonios en un grito espantoso de aceptación se dispusieron en acatar las 'órdenes' de Satanás. Y como un ejercito "subieron" y esperaron el momento oportuno para lanzar su ataque contra el hombre.

El hombre, en una de sus contemplaciones de la creación, vio lo grande y maravilloso que era todo. Era el dueño de todo cuanto Dios le había dado, y su dominio de la creación era inmenso. Miraba los cielos estrellados y soñaba con conquistarlo al igual que el mar y sus profundidades, pues la ciencia que Dios le había dado aún no estaba ofuscada por la desobediencia y podía intuir fácilmente las grandes cosas que con su inteligencia iba a poder desarrollar y realizar, y daba gracias a Dios por esos dones. La tierra, el inmenso océano y las enormes extensiones del firmamento esperaban por él para celebrar con él las maravillas y grandezas del Creador. En eso estaba inmerso hasta que... a su mente llegó un extraño pensamiento:

"Qué bien, eres dueño de todo lo que Dios creó, pero no eres dueño de ti mismo. Conquistar la tierra, el inmenso mar y las estrellas no son nada en comparación con la conquista de sí mismo." Pero si soy dueño de mis propias acciones y aspiraciones -se decía el hombre-.


"Pero no eres dueño de elegir entre lo que está bien y lo que está mal. ¿Cómo vas a conquistar y gobernar sobre la creación entera 
si no sabes distinguir el bien del mal?" Dios es quien me iluminará en aquello que falte a mis decisiones --se decía el hombre para sus adentros y así contrarrestar dichos pensamientos--, y además Él me iluminará para saber y distinguir entre lo que está bien y lo que está mal.

Satanás, muy astutamente se alejó por el momento para no crear sospechas en el hombre. El hombre quedó perturbado con dichos pensamientos, pero en su coloquio con Dios (oraciones) no le consultaba pues creía ser cosa insignificante lo pensado. Pero ahí estaban, rondando y escarbando la conciencia y su pensamiento iba fijándose en ello.


Y llegó a la mente del hombre una palabra: "Hijo, el amor todo lo vence, confía en Mí. El orgullo es el abono de la soberbia que busca su propia satisfacción y su propio engrandecimiento llevando a la muerte a todo aquel que se le somete. Se paciente."


¡¿Paciencia?! Cómo ser paciente ante unos pensamientos que están constante y continuamente martillando la mente. Intuyo el mal que hay detrás de ello, pero a la misma vez veo el bien que puedo sacar si sé y asumo la responsabilidad de determinar y diferenciar lo que está bien y lo que está mal.


"Entonces ¿es verdad que no te está permitido diferenciar entre el bien y el mal? ¿Cómo es posible que el dueño de la creación no pueda ejercer su dominio si le falta lo más importante, el poder legislar y dictaminar entre lo que es bueno y lo que es malo? Oh hombre, mírate y contempla tu grandeza. Dios sabe que el día que puedas legislar entre el bien y el mal, serás dueño, no ya por participación, sino dueño absoluto de la Creación. ¡Serás un dios!"


Este pensamiento, vivo y claro penetró hondamente en la mente y el corazón del hombre. Comenta con su mujer todo lo que le estaba pasando para saber cual era su opinión. Ésta le responde: «Dios te ha dejado como dueño de la creación, es verdad, pero ¿cómo tú y nuestros hijos vamos a dominar la tierra si no establecemos unas normas de conductas para nuestras próximas y futuras generaciones?»


«Creo que Dios en ello nos iluminará, pues si él pudo, por un simple acto de su bondad y voluntad crear de la nada todo cuanto existe, en un acto de su bondad nos guiará por el camino que debemos seguir.»


«Sí, es verdad, pero veámoslo de esta otra manera. Yo entiendo que si podemos decidir por nosotros mismos y legislar sobre el bien y el mal, nos daría una gran ventaja en el modo de gobernar la creación. No rechazaríamos a Dios, pero tampoco estaríamos muy dependientes de Él. A veces la independencia, el ser uno mismo conlleva sus riesgos, y creo que el riesgo en esto vale la pena, pues alcanzaríamos sabiduría y conocimientos capaces de elevarnos más allá de lo inimaginable.»


"¡Oh bien! ¿Qué es el bien? ¡Oh mal! ¿Qué es el mal? Dos frutos sabrosos y hermosos a la vista que están en tus manos pero que no los puedes morder porque crees que vas a morir. Ahí está el problema, la cobardía y el miedo a lo desconocido. ¡Y prefieres quedarte pequeño y humillado y no enfrentarte a la realidad de lo que puedes llegar a ser!"


Dichos pensamientos seguían rondando en la mente del hombre. Ser igual a Dios, ¿no sería demasiado atrevimiento? Estar sometido a Dios es... Está bien que él es el Creador y por lo tanto, con derecho a gobernar y legislar según su voluntad, pues él mejor que nadie conoce lo que conviene, pero... ¿Y yo? ¡Tendré que existir sin conocer la verdadera sabiduría!


Mientras Satanás por un lado dirigía sus ataques para desviar al hombre de Dios, Dios, el Amor Eterno, dirigía al hombre amorosamente por el sendero que debía seguir para que al ir perfeccionándose se asemejara aún más a Dios en el amor, pero para ello el hombre debía ser completamente libre, y la libertad tiene sus riesgos.


"El fin no justifica los medios. La verdadera sabiduría está en saber obedecer, pues detrás de la obediencia está el Amor y con el Amor viene la verdad, la libertad y la paz. ¿Por qué deseas ser grande? Ya lo eres. ¿Por qué deseas conocer más de lo que conoces? Si con lo que conoces podrás llegar a las profundidades del universo y conquistar toda la creación y sin mucho esfuerzo. Pero, sobre todo, podrás llegar a las profundidades del Amor. ¿Deseas sabiduría? Se humilde. ¿Deseas éxitos y conquistas? Se obediente. Espera y verás."

¡¿Esperar?! ¿Hasta cuando? ¿Cómo podré tener control de la creación, si no puedo tener control de mí mismo? El bien y el mal ¿Qué misterios tan grandes y profundos encierran que han quedado vedados a mis conocimientos? O mejor dicho, a mis decisiones... Haré, pues, lo que creo y entiendo es mejor para mí. Correcto o no, mi mujer tiene razón, el riesgo vale la pena...


Y un gran rayo se dejó ver y sentir a la distancia anunciando el terrible mal que estaba arropando la tierra. Y el corazón del hombre y el de su mujer se nublaron y sus conciencias perdieron la inocencia y la claridad de la razón y el por qué de su existencia. Satanás con sus ángeles rebeldes 'celebraban' su... ¿gran triunfo? Y Dios, muy a pesar suyo, daba sentencia conforme al querer y decisión del hombre. Y el hombre vino a darse cuenta de que había perdido lo más grande que Dios le había obsequiado: la dignidad, el conocimiento y la libertad, y junto con ello, vino sobre él la desgracia y la infelicidad. La mujer viene a darse cuenta que el hombre ya no la miraba ni la trataba de la misma manera que antes. Como que el amor entre ellos se había enfriado y ella se sentía como un objeto más de sus pertenencias.


En el infierno todo era ¿regocijo? ¿Cómo puede haber regocijo en quienes el bien no existe y, por lo tanto, todo es maldad y tinieblas? De repente, como el ruido de un trueno se dejó sentir una voz que dictaba su sentencia: «¿Crees haber triunfado? Pues tu triunfo será para ti uno de los más terribles fracasos ¿Qué has hecho? ¿Llevar al hombre a la desobediencia tal y como lo hiciste tú en el principio? Pues será un Hombre quién te humillará de la manera más espantosa que jamás hubieras imaginado. Escucha bien, pues llegado el tiempo por Mí establecido desde la eternidad, haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya, ésta te pisará la cabeza mientras tú te abalanzarás sobre su talón. ¿Querías dominar la tierra y ser el señor de ella? Pues, por haber hecho esto, maldita seas entre todas las criaturas. Atado y encadenado estarás a la tierra hasta el Gran Día en que se dirá: "Bendito sea el Amor que ha salvado a los hombres".




Tercera parte: La Teoría de la Evolución. Mito o verdad científica.

Nota. Para información detallada y profunda de este tema, te refiero al enlace al final de este artículo.



Parte introductoria

Para muchos creyentes la Teoría de la Evolución significa un rechazo a la verdad de la Biblia. Pero ¿es la Biblia un libro de ciencia o un libro cuyo contenido es un mensaje de fe y salvación? Para la Iglesia Católica Dios, por ser infinitamente libre, se revela tanto en la Divina Revelación como en la naturaleza por él creada.

Ahora bien, creo que debemos tener muy en cuenta que, la narración descrita en Génesis sobre la caída y castigo de nuestros primeros padres (aunque no tiene que ser leída de modo literal), por ser una narración inspirada por Dios, Dios se vale de una circunstancia histórica que estaba viviendo el hagiógrafo (la del pueblo de Israel que prefería abandonar a Yahveh para seguir otros dioses) para transmitir en dicha narración un evento ocurrido en los orígenes del ser humano. Como se ha visto, para esta interpretación he utilizado la teoría científica muy probable de que el ser humano (en su aspecto biológico) desciende de un primate ya bastante evolucionado.

Para que se pueda entender esta interpretación como muy probabledebemos tener muy en cuenta que, cuando en el Génesis se dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, se refiere a su aspecto espiritual, no biológico pues Dios es espíritu no materia. Además cuando la Biblia dice que el hombre fue creado del barro, más exactamente de la tierra, está enseñando una gran verdad que, desde la ciencia, se puede verificar cuando ésta enseña que las primeras células vivas surgen de la combinación de elementos materiales (la diferencia estriba en que, los naturalistas aseguran que este proceso se debió a un mecanismo puramente natural, sin necesidad de un Creador; mientras el teísta cristiano y católico puede admitir tal mecanismo natural, pero dirigido por su Creador). Por consiguiente, no veo ningún inconveniente el admitir, aunque sea como muy probable, la Teoría de la Evolución, y esto no afecta para nada la verdad de la Biblia (que es una verdad de fe y salvación) ni el Pecado Original, ni la existencia de Dios.


Por consiguiente, ¿existieron Adán y Eva? En mi opinión sí, pero no en el sentido literal, tal y como es narrado en Génesis, ya que de ser así, ¿cómo explicar muchas contradicciones históricas que se dan?, como por ejemplo, cuando en el primer capítulo se dice que el ser humano fue creado al final de toda la creación, mientras que en el capítulo segundo el ser humano es creado antes de todo lo demás, entonces ¿cuál de las dos narraciones es correcta? Pues las dos no pueden ser verdaderas a la misma vez.


Cuando se interpretan pasajes bíblicos de manera literal se encuentran gran cantidad de contradicciones históricas que da la impresión de ser pura invención humana. Es por eso que los enemigos de Dios utilizan estas contradicciones para negar a Dios.


La Biblia no es para probar o negar a Dios. Para poder creer en la Biblia como Palabra de Dios, primero tengo que creer en Dios independientemente de la Biblia; creer en Jesucristo como el Dios hecho hombre; luego creer en su Iglesia, la que él fundó, la cual es la testigo autorizada por Dios en Cristo por el Espíritu Santo, la que me asegura que la Biblia es Palabra de Dios. Tanto es así que, es imposible demostrarle a un ateo que la Biblia es Palabra de Dios ya que él no cree en Dios; lo que he dicho arriba le sonará a pura fantasía, pues para entender y aceptar esto hay que tener fe sobrenatural (de la cual los ateos y agnósticos carecen), sin la cual es imposible creer estas verdades.


La Biblia es el mensaje de Salvación de Dios para la humanidad en un lenguaje humano y según el contexto histórico, cultural y político del hagiógrafo. La Biblia no es un libro dictado por un ángel al oído del escritor (como pretenden asegurar Mahoma en el Coran, o José Smith con el libro de Mormón), Dios se sirve de las experiencias humanas para dar a conocer, dentro de dichas narraciones, la verdad de fe que Él quiere revelar. Es decir, para poder entender aquellas narraciones violentas y de aparente crueldad y que dan la impresión de contradecir la bondad y misericordia de Dios, debemos verlas dentro del marco de la Historia de Salvación, en la que Dios sale al encuentro del hombre caído y derrotado por el pecado que lo lleva a cometer tamañas atrocidades e injusticias. 


Para poder entender mejor lo que he dicho, se debe ver desde una pedagogía divina que, como a un niño, Dios va revelándose según el Pueblo de Israel va madurando en un entendimiento más profundo de la fe (del mismo modo Jesucristo, utilizando la pedagogía de las parábolas va enseñando y dando a conocer los misterios del Reino). Por ejemplo, en los textos más antiguos, tanto el bien como el mal son presentados como que Dios es su autor. Según el Pueblo va avanzando y entendiéndo el sentido del bien y del mal, se da cuenta que el mal no puede provenir de Dios; es así que en Job, ya no es Dios quien directamente provoca los males, sino que lo permite para sacar un bien mayor de éste. Es así que la figura de Satanás entra en escena (no como la personificación del mal), sino como el causante personal de los males morales y espirituales que aquejan a la humanidad. Es así que Dios revela el Misterio de la Iniquidad (no como un símbolo, sino como una realidad personal y consciente) que, desde los orígenes intenta socavar los planes divinos.


De igual manera la fe en la resurrección de los muertos aparece en el pensamiento judío poco antes de que Jesucristo se hiciera presente en el mundo. De aquí que dicha fe en la resurrección aparece en libros tardíos, cercanos a la manifestación del Mesías, como Daniel y Macabeos.


Es así que podemos entender que, la Divina Revelación no se da toda de una vez, sino poco a poco, según el Pueblo de Dios va madurando en su experiencia de fe a través de su propia historia.


Dentro del marco de la Divina Revelación con relación a Adán y Eva, existen unas verdades históricas dentro de un poema o parábola (al estilo de las enseñanzas de Jesucristo que fueron en parábolas, pero con un trasfondo histórico, pues todas ellas fueron sacadas de realidades que Jesucristo vio y vivió), que se pueden extraer y referir a hechos históricos, como la existencia histórica de una pareja humana y la influencia de Satanás en la gran decisión del hombre que culmina en la caída del ser humano en la desobediencia. Pero, desde la realidad histórica, ¿cómo se dio este acontecimiento que marcó para siempre el destino humano en relación con Dios? Destino trágico que fue reparado por el mismo Dios en Jesucristo, pues solo él podía hacerlo. El cuento arriba narrado nos da la clave para entender esta tragedia humana que Dios ha transformado en triunfo para quienes lo acepten.



Ahora, si lo deseas y antes de continuar, puedes acceder a la información referente a la Teoría de la Evolución cuyo enlace está en la imagen de abajo. En estos tratados y vídeos conocerás en qué consiste la Teoría de la Evolución, sus defensores, detractores y cuál es la opinión (NO doctrina) de la Iglesia Católica:







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Oasis de Salvación y verdad, toca aquí para: Información y formación para el católico de hoy (tratados, vídeos, blogs y páginas web, otros) sobre Dios, Jesucristo, Iglesia, Divina Revelación (Biblia y Tradición), Dogmas de fe, protestantismo y ateísmo, leyendas negras contra la Iglesia y las contribuciones de la Iglesia a la Humanidad...